sábado, 28 de enero de 2012

El Aliño de las Aceitunas





En el paso de entrada a la casa , por la parte trasera tenia dos o tres olivillos chicos de los que casi nunca había recogido sus frutos. Junto a los árbolitos varios lilos dejaban caer sus ramas por encima de las piedras , saliendo al camino y adornando el paso de losetas de piedras pizarrosas.
"-Son menudas, pero pueden servir , y unos cuantos kilos si podríamos coger para machacarlas-", "-¿Son manzanillos?- le pregunte. "-Ni idea, me regalaron los plantones, pero servirán, sean de la variedad que sean-".
Dicho y hecho, tomamos un par de cubos de plástico y cada uno por un lado, nos pusimos a "ordeñar" con mimo los ramitos de aceitunas. -"No solo las verdes, las "pintonas" también se pueden coger"-.
Poco a poco los recipientes se iban llenado de aceitunas, hasta que rebosaron y decidimos que ya serian suficientes para llenar unos cuantos botes .
-"¿Rajadas o machacadas?"- pregunte. -"¿Creo que machacadas tomaran mejor el aliño?"-, contesto de inmediato.
Rajarlas consistía en ir tomando en una mano las aceitunas y en la otra una navajilla bien afilada y hacer unos pequeños cortes en los pequeños frutos. Para machacarlas, buscar un buen soporte , ir colocando sobre él aceituna por aceituna y dando un golpecito sobre ellas con una maza, empujarlas después al cubo.
Ya decidido que había que machacarlas, improvisamos un tronco a modo de mesa soporte , una banqueta, y una vieja maza de madera, protegiéndonos con un mandil de platico para no mancharnos con los restos del zumo de las aceitunas que a buen seguro salpicarían al romperse con el golpe.
Una vez machacadas, solo hace falta tener paciencia, no demasiada.... en un par de semanas, cambiándoles el agua a diario, irán perdiendo la "rabia" ,el sabor amargo, quedándose suaves y agradables de comer. Pasado ese tiempo ya solo falta aliñarlas, y en eso cada maestrillo tiene su librillo y eso si... no ceñirse a reglas prefijadas y dejarse llevar por la propia intuición.
Yo utilice al sistema de "locaya".. esto es : "lo que se tenga en casa". Un generoso puñado de sal, ajos sin pelar y machacados con un ligero golpe, una cascara de naranja, un poco de orégano, algunas ramitas de romero, algo de tomillo , unas pizcas de pimentón, y unos granos de pimienta. Embotarlas y dejarlas reposar unos días para que tomen los distintos sabores del aliño.
Hay quien utiliza más cosas, como rodajas de zanahoria, hinojo, limón, laurel, guindillas. En esto cada cual, es el rey de la casa.
Sara, Sarita y Carlitos dieron buena cuenta de los primeros botes... pero yo no me quede atrás.
El año que viene habrá que preparar unos cuantos botes más, estos están durando bien poco .