sábado, 8 de marzo de 2014

Lirios


Siempre he tenido un agradable recuerdo de aquella excursión, y por lo que se ellos también.  He regresado varias veces yo solo a aquel lugar y al cabo de los años, los bulbos que plantamos ya se habían convertido en una pradera de flores de colores, amarillos, blancos y rosados que cada primavera celebran con fuerza la llegada del buen tiempo.






Hace ya más de 30 años, cuando Richar, David y Mario eran pequeños, Mario solo tenia 4 años, hicimos una excursión a la montaña, a lo más alto que ellos podrían aguantar caminando  caminando.  Habíamos comprados dos o tres docenas de bulbos de nardos y jacintos. Entre cuentos de duendes de la montaña, los bocatas de tortilla y no sin antes plantar en la meseta de la cima los mágicos bulbos,  pasamos la mañana.


Del entrañable recuerdo de aquel día surgió esta obra. Hilos de la urdimbre  del telar, trozos de tela, y pequeños fragmentos de teflon , residuos de un túnel de reciclado de bandejas de horno que tenia un amigo,  fueron los elementos principales que le dieron forma.


Collage sobre tela y madera, de medidas 120 cm. X 85 cm.