
En el paso de entrada a la casa , por la parte trasera tenia dos o tres olivillos chicos de los que casi nunca había recogido sus frutos. Junto a los árbolitos varios lilos dejaban caer sus ramas por encima de las piedras , saliendo al camino y adornando el paso de losetas de piedras pizarrosas.
"-Son menudas, pero pueden servir , y unos cuantos kilos si podríamos coger para machacarlas-", "-¿Son manzanillos?- le pregunte. "-Ni idea, me regalaron los plantones, pero servirán, sean de la variedad que sean-".

Poco a poco los recipientes se iban llenado de aceitunas, hasta que rebosaron y decidimos que ya serian suficientes para llenar unos cuantos botes .
-"¿Rajadas o machacadas?"- pregunte. -"¿Creo que machacadas tomaran mejor el aliño?"-, contesto de inmediato.

Ya decidido que había que machacarlas, improvisamos un tronco a modo de mesa soporte , una banqueta, y una vieja maza de madera, protegiéndonos con un mandil de platico para no mancharnos con los restos del zumo de las aceitunas que a buen seguro salpicarían al romperse con el golpe.

Yo utilice al sistema de "locaya".. esto es : "lo que se tenga en casa". Un generoso puñado de sal, ajos sin pelar y machacados con un ligero golpe, una cascara de naranja, un poco de orégano, algunas ramitas de romero, algo de tomillo , unas pizcas de pimentón, y unos granos de pimienta. Embotarlas y dejarlas reposar unos días para que tomen los distintos sabores del aliño.
Hay quien utiliza más cosas, como rodajas de zanahoria, hinojo, limón, laurel, guindillas. En esto cada cual, es el rey de la casa.
Sara, Sarita y Carlitos dieron buena cuenta de los primeros botes... pero yo no me quede atrás.
El año que viene habrá que preparar unos cuantos botes más, estos están durando bien poco .