Hace ya más de 30 años, cuando Richar, David y Mario eran pequeños, Mario solo tenia 4 años, hicimos una excursión a la montaña, a lo más alto que ellos podrían aguantar caminando caminando. Habíamos comprados dos o tres docenas de bulbos de nardos y jacintos. Entre cuentos de duendes de la montaña, los bocatas de tortilla y no sin antes plantar en la meseta de la cima los mágicos bulbos, pasamos la mañana.
Del entrañable recuerdo de aquel día surgió esta obra. Hilos de la urdimbre del telar, trozos de tela, y pequeños fragmentos de teflon , residuos de un túnel de reciclado de bandejas de horno que tenia un amigo, fueron los elementos principales que le dieron forma.
Collage sobre tela y madera, de medidas 120 cm. X 85 cm.
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