Ayer puse un vídeo sin dejar ningún otro comentario, se trata de la Joven Orquesta Filarmónica de Venezuela, a la que le ha sido concedido el Premio Príncipe de Asturias a las Artes. En realidad el premio le ha sido concedido al Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, se trata de un proyecto revolucionario en el mundo de la enseñanza de la música, que ha sido empleado como arma social. Un complejo y eficaz sistema que ha sacado de las calles a muchos niños y jóvenes sin esperanza en su país.
Un visionario, otro loco mas, un idealista, José Antonio Abreu, utiliza los violines y las violas para conseguir la utopía de llegar por la estética a la ética. Empezó a mediados de los años 70 y han pasado por sus aulas, desde entonces, más de 600.000 niños y jóvenes, manteniendo en la actualidad mas de 125 escuelas donde se forman integralmente más de 300.000 jóvenes del país venezolano.
Abreu fue ministro de Cultura con el presidente Andrés Pérez, a pesar de ello siempre ha tratado, y al menos hasta la fecha ha conseguido, que su movimiento sea independiente de oportunismos políticos, cosa que es difícil en esa zona del mundo, siendo respetado y apoyado por todos los poderes públicos desde que empezó con su proyecto.
Generalmente en barrios oprimidos, en el campo y en las zonas amazónicas, aprenden los instrumentos y enseguida pasan a formar parte de una de las 180 orquestas que han sido fundadas con sus métodos. La mayoría provienen de familias pobres o desestructuradas siendo para ellos una tabla de salvación. Son admitidos con facilidad, dándole a sus vidas un sentido.
Tienen de que presumir y pasan muchas horas ensayando, ya que eso les resulta mas apetecible que salir de sus núcleos para buscarse la vida en las calles.
Enseguida pasan a formar parte de una orquesta, sin tener miedo al ridículo, muy al contrario que en los sistemas europeos tradicionales.
Algunos, los mejores, se dedicaran a la música, entre ellos Gustavo Dudamel (es el director en el vídeo de la entrada anterior), que a tan solo sus 27 años ya ha asombrado dirigiendo a las mejores orquestas del mundo.
El jurado del premio concedido, indica además, que el proyecto combina " la máxima calidad artística con una profunda convicción ética aplicada a la mejora de la realidad social".
Nadie podría pensar que se realizaría la utopía de llegar por la estética a la ética y que esos aires musicales nuevos vendrían del otro lado del charco, del país hermano de Venezuela.
(En la siguiente entrada colgaré otro vídeo de una de las orquestas, la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de El Tigre)
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