miércoles, 17 de febrero de 2010
Biznaga, La Flor de Málaga
Grupos de partidarios de unos y otros se agolpaban a las puertas de la Alcazaba, todo el mundo en tensión en espera de que la Corte de los Jueces y Hombres Sabios de la ciudad tomaran la decisión definitiva. Durante las semanas anteriores habían acaecido grandes algaradas y tumultos en la ciudad, cada cual tomando partido por un bando. Tan grandes fueron los alborotos que las autoridades tomaron cartas en el asunto antes de que las cosas fueran a más, proponiendo que los Sabios de la Ciudad se reunieran en el Gran Consejo, dictaran sentencia y decidieran por fin acerca de la solución del problema.
Desde tiempo los biznagueros recorrían de una a otra parta la ciudad pregonando su mercancía, los unos gritaban:
-"Biznagas de amor....., que son de olor...."-
Los otros, con la penca de chumbera repleta de bellas y olorosas biznagas en su brazo y con la mano en la boca, a modo de altavoz, gritaban al aire su pregón:
-"Biznagas de olor.... que son de amor...."-
Una y otra forma de anunciar la bella mercancía de enamorados , consiguió partidarios y detractores, cada cual dando sus propias razones en las charlas y acaloradas discursiones de las casas y las tabernas, cada cual queriendo llevar razón. Una pugna que ya duraba varios años y que ultimamente había alterado fuertemente la convivencia de los ciudadanos.
Por fin había llegado el día y todo el mundo, agolpado en la plazuela esperaba impaciente, cuando ante la puerta el Mayor de Gran Consejo, salio con el pergamino en el que se había plasmado la sentencia que decidiría la forma en la que en lo sucesivo los biznagueros pregonarían la flor de la ciudad, con lo que la disputa debería quedar zanjada.
Sometidos unos y otros al arbitraje de los Sabios, esperaban la decisión , con el compromiso de acatarla por ambas partes. Por fin, con voz solemne dio lectura a la larga y razonada sentencia, por la que el pregón en el futuro habría de ser:
-"Vendo.... Olor........"
Asombrados por la solución dada, con tan solo dos palabras, se miraban unos a otros haciendo gestos de asentimiento y agradable captación del pregón que todos escucharían a diario en sus calles a partir de aquel momento.
(La fotografía la hizo Irune hace casi dos años y me la mando ayer, agradecimientos por captar la belleza. El relato nunca ocurrió , pero pudo ocurrir. Otra cosa más es que en realidad la biznaga, que es la flor de Málaga, no es una flor, pero eso es otro asunto secreto que pocos conocemos)
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