Al acercarnos, nos llamaron la atención los sonidos que salían de dos guitarras y las voces de los dos jóvenes que las hacían sonar. Nos aproximamos a la vez que hacíamos algún comentario sobre lo que ambos se parecían y la apreciación final de que podrían ser hermanos.
Salimos de dudas preguntándoles directamente y nos contaron algo sobre ellos, sobre su música y sus composiciones. Efectivamente eran hermanos, de madre malagueña y padre mexicano, de Guadalajara. Pero su acento les delato con auténticos malagueños.
Sentados en el banco de piedra, continuaron con su música y sus canciones, y lo hacían bien, pero que muy bien, o al menos eso nos pareció , y no solo a nosotros, sino también a los viandantes que sin parar llenaban de monedas, incluso de billetes la funda de una de las guitarras abierta y en el suelo delante de ellos.
Quizás se salen de lo común de entre los músicos que por estos días de Navidad llenan el centro de Málaga.
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