lunes, 18 de febrero de 2013

Diario de un Estudiante de 66 Años: "EL PROFE SE VOLVIO LOCO"





Al profesor se le ha ido la olla, se está volviendo tarumba.

En clase de lenguaje  y tratando el tema de los artículos periodísticos, nos plantea dos de sus principales formas. Por un lado la función representativa, con la noticia objetiva en la que solo se plantea la información concreta y pormenorizada; informar, solo informar sin dar opinión ni aportar critica personal. Por otro lado la función expresiva, el artículo editorial o de opinión, en la que se aporta la propia interpretación subjetiva acerca de la noticia y normalmente la línea editorial de la publicación.

En esas estamos cuando nos plantea una batería de preguntas y ejercicios, a los que hay que contestar por escrito y en ese mismo momento.

La primera, ¡tela marinera!: ¿Quien soy yo?. Ya estamos descolocados. Después de unos minutos escribiendo, y arañando en los adentros para contestar, las respuestas son para todos los gustos. En algún caso un simple nombre :-"Esther, yo soy Esther, solo eso"-; en otros casos un rodeo por las afueras de la propia persona: -"Me llamo tal, tengo 52 años, soy casada, tengo tantos hijos..."- ; en otros casos una inmensa duda  sobre la pregunta formulada: -"Ni idea, no tengo ni zorra idea, si lo supiera habría resuelto la esencia del propio ser del hombre, solo se una cosa... que camino"-.

No solo está loco, es que además nos va a volver locos a los alumnos.

Las respuestas aportadas a la pregunta dan pie a mantener una charla sobre cada una de ellas, incidiendo en alguna mas que en otra, pero a todas y cada una se le hace una crítica en animada charla.

A la primera pregunta le sigue la propuesta de realizar un ejercicio: -"Vais a dibujar una casa, como queráis, y dentro de la casa escribiréis los nombres de vuestros seres mas queridos"-. Una vez hecho se propone el planteamiento a una situación: -"Cada uno de vosotros estáis fuera de la casa, viendo lo que ocurre, y ahora la casa empieza a arder con todos vuestros seres queridos dentro... lo veis"-, -"¿que hacéis? entráis o no, y si entráis, a quien salvas del fuego, pero con una condición, y es que solo podéis salvar a una persona, y además que vais a morir en el fuego si salváis a alguien-".

Ojos como platos. Dudas e indecisión sobre cual respuesta dar. Si la primera pregunta tenía tela, este ejercicio tiene un telón. Pero había que hacerlo y de nuevo respuestas para todos los gustos, y justificaciónes para cada una de ellas. Desde quien no entra a la casa, hasta quien decide entrar y salvar al mas pequeño, algo así como "las mujeres y los niños primero".

Y digo yo... lo mismo no está tan loco, está haciendo pensar a los alumnos planteándoles situaciones extremas y a las que hay que reaccionar con rapidez. Está haciendo pensar a sus alumnos.

La tercera propuesta, y el desconcierto va en aumento. Apaga la luz, cierra las ventanas y en la oscuridad de la sala enciende un par de velas.

-"Vais a escuchar una música, solo son unos minutos, al final me tendréis que decir que es lo que os sugiere a cada uno lo que habéis escuchado"-.

En la oscuridad, en silencio, pero sabiéndose en compañía, con las sola luz de las pequeñas velas, el ritmo de la melodía entra a formar parte de cada uno de nosotros. Primero un andar que se arrastra lentamente,  una noche oscura, sin luz. Al llegar al punto 4´35" van entrando los metales, algo hace presagiar que el ritmo va a cambiar, que algo sublime va a ocurrir. A medida que van entrando las trompetas sube el tono. La luz de los primeros rayos del amanecer aparecen con fuerza en la música. La fuerza del nuevo día que se hace presente, la fuerza y el calor de la luz, la Resurrección.

Termina la música, se encienden las luces. Se trata de la marcha procesional "La Madrugá", de Abel Moreno Goméz.

Y ahora a sacar de dentro lo que cada cual había sentido. Como siempre, no hay reglas, a cada cual una cosa. Yo me quedo con lo que de primeras me vino a la cabeza: "La gente agolpada esperando ver cualquiera de los múltiples pasos de la Semana Santa por el Pasillo de Santa Isabel, y al otro lado del río, las colas que se forman junto al barracón donde cada noche se le da un bocadillo y un poco de leche con colacao a los que no tienen pan para comer".

Pues va a ser que no, que no está tan loco.

-"Ahora... con todo lo que ha ocurrido aquí esta mañana, vais a preparar, para la próxima clase, un artículo periodístico, como queráis, o bien como noticia informativa y objetiva, o bien como artículo de opinión subjetiva, donde deis vuestra propia interpretación"-.

-"Y ya sabéis ADECOECOES, adecuación, cohesión, coherencia y estilo"-.

Pues realmente va a ser que no, el profesor no está tan loco. Ha conseguido lo que quería: hacer pensar adecuadamente, con cohesión, con coherencia y con estilo.



(Y estos son mis "deberes" para hoy, quizás algún día pueda llegar a ser aprendiz de sabio)


Enlace con la música que nos ha propuesto
                                                                                                                                                                                                           





domingo, 17 de febrero de 2013

DE COMO IRIS Y SUS AMIGAS HICIERON SONREIR AL MUNDO



    
      




     Ocurrió una vez, hace mucho tiempo, pero mucho, mucho… un hecho insólito, o al menos así me lo contaron a mí, y así yo ahora lo cuento.

      Nuestro mundo se estaba poniendo poco a poco de color gris, todo era de ese color, las casas grises, los árboles, grandes y pequeños, todos, todos,  habían perdido los tonos verdes de sus hojas y estaban grises ahora; los hombres, las mujeres y los niños ya no vestían ropas de colores alegres, solo gris, igual que el cielo, los ríos y las montañas. Todo se estaba volviendo casi, casi, totalmente oscuro y agrisado en todas sus tonalidades.

      Mientras, en el país de al lado, del que mágicamente solo les separaba un fino  cristal transparente, todo era color… brotaban los colores por todas partes en chorros de luz. Rojo, rosa, lila, verde, azul, amarillo. Se trataba del País de las Hadas.

      Una de las hadas, quizás la más traviesilla, siempre estaba mirando por el cristal, veía como poco a poco, en el país de las personas y los niños, todo se estaba poniendo cada vez más gris. Incluso veía triste a toda la gente y observo que nadie hacia nada por remediarlo. Tan gris veía todo y a la gente tan triste, que tomo la decisión de hacer algo ella misma... busco a sus dieciséis amigas y les pidió ayuda para lo que quería hacer. Pensó que si ella y sus amigas pasaban al otro lado del cristal y volaban batiendo sus alas muy, pero que muy fuerte… desprenderían polvo de colores y de esa forma podrían construir un puente que consiguiera traspasar el cristal. Un gran arco por el que poder deslizarse hasta el otro lado.

      Y dicho y hecho, primero fueron a ver a la Reina de las Hadas para pedirla permiso, le hablaron de su plan para llevar el color al país de las personas y que todos dejaran su tristeza de una vez. La Reina, al verlas a todas tan ilusionadas con lo que querían hacer, no tuvo más remedio que darles permiso, pero antes les dio algunos consejos y les pidió que tuvieran mucho cuidado, advirtiéndolas que lo podía hacer una sola vez, y que nunca podrían regresar si no era porque los mismos hombres las llamaban pidiendo ayuda.


      Se pusieron manos a la obra. Volaron al cielo moviendo muy fuerte sus alas y cada una de ellas se dedicó a formar un arco del gran puente, cada uno de un color. Ya terminado, emocionadas, se deslizaron por el gran puente de colores y atravesaron el cristal, llegando al mundo de  las cosas y las personas de color gris. Tanta, tanta fue su emoción que incluso lloraron de alegría y sus lágrimas se hicieron gotas de lluvia de colores, y empezó a cambiar. Las casas, los ríos, las nubes, los árboles, las montañas…  empezaron a ser cada cosa de su color y todo el mundo volvió a estar alegre. Está claro que a aquel puente de colores, le pusieron por nombre Arco Iris, porque ese era el nombre del hada a la que se le ocurrió el plan, Iris.

      Desde aquel día, Iris y sus amigas recargan con polvo de sus alas los colores de nuestro mundo.


      Recuerda ,cada vez que veas un Arco Iris y las gotas de lluvia caigan sobre tu cara.

      Mucho tiempo después Iris y sus amigas, se dieron cuenta de que lo que hicieron, solo dio resultado por un tiempo, ya que no todos los hombres grises habían desaparecido, algunos de ellos no habían recibido los polvos de colores, o muy poco les había caído. Unos porque no querían quitarse su color gris y se escondieron en cuevas, otros porque trabajaban o vivían en sitios escondidos o muy lejanos, tampoco pudieron recibir su dosis. Todos ellos seguían no solo de color gris, sino además mal humorados y con muy mala pipa. Los que no habían recibido nada de nada, quizás por el trabajo que tenían, siempre ocupados y porque no sabían nada de la intención de las hadas, se pusieron más tristes aun, y no entendían porque ellos seguían así y todos los demás hombres, las casas, los montes, etc., ya tenían un bonito color. 

      Algunos si sabían lo que iba a pasar, y con intención se escondieron voluntariamente. Esos tenían más mala gaita, porque además, lo que estaban intentado es que, de nuevo, todo el mundo tuviera su mismo color gris.

Si el mundo volvía a ser gris, nadie notaría su presencia y así podían seguir haciendo que todas las cosas fueran mal. A pesar de la resistencia del mundo de color, los hombres grises, poco a poco iban consiguiendo  que muchos se fueran convirtiendo de nuevo en gente gris, triste y malhumorada, sin que se dieran ni ni chispa de cuenta.

No sabían Iris y sus amigas que es lo que podían hacer para que los humanos les pidieran ayuda y así poder regresar y soltar de nuevo más dosis de polvos mágicos de estrellas con sus alas.

Fueron a pedirle ayuda a la Reina , quien cuando las escucho, les dijo:

-"Pues si que es un problema, pero creo que las hadas del Valle Longo del Sur ya lo han resuelto"-,-"Ir a verlas y preguntarles"-.

Y así lo hicieron, en un plis plas llegaron al valle, localizaron a sus compañeras y les hablaron del problema que tenían. Las hadas del Valle Longo del Sur enseguida les dieron la solución:

-"Mirar... desde el primer día , además de soltar los polvos de color,  les enseñamos a que cuando se gastaran, tenían que conseguir que volviéramos para  echar mas, pero por ellos mismos"-

"Un día escuchamos en la plaza de un pueblo,  a un anciano que estaba contando un cuento; un tal Peter Pan y una tal Campanilla decían que si los hombres cantaban, bailaban y daban palmas muy, muy fuerte, las hadas regresaban y repartían por todas partes sus polvos mágicos de colores"-

-"Nos hicimos de su tamaño, nos disfrazamos, buscamos instrumentos musicales y mezcladas con ellos, empezamos a cantar y bailar por las plazas y las calles, al vernos todo el mundo empezó a imitarnos y en ese momento todo se puso de colores más vivos y las gente más alegre y mucho mas feliz"-.

-"Y así lo han ido repitiendo cada vez que los hombres grises iban ganando terreno-", -"Acompañarnos, vamos a un pueblo que hay entre las montañas y vais a ver como lo hacen".

Se acercaron a aquel pueblo, y pudieron ver como en la escuela, para conseguir que volvieran una y otra vez las hadas, todos los niños se divertían dando palmas, cantando y bailando. Se acercaron todo lo que pudieron y escucharon lo que estaban cantando. Una canción en la que decían algo así como : “Waka, Waka…”.

¡Ya tenía resuelto el problema!, si hacía que todo el mundo diera palmas, bailara y cantara,  ellas podrían volver y recargar permanentemente el puente de colores y así nadie estaría triste, y ya ni las personas ni las cosas volverían a ser de color gris.

      De nuevo y  con sus dieciséis amigas, se fueron a ver a la Reina de las Hadas, y le contaron su plan: todas ellas, bueno, menos la Reina, se disfrazarían como lo hacían los hombres y los niños, y con su magia lograrían crecer llegando al tamaño de los humanos, mezclándose con ellos allí donde estuvieran, poniéndose a cantar el “Waka, Waka” para que todos les siguieran.

       
Enseguida consiguieron sus disfraces y después buscaron todos los instrumentos para hacer música que tenían a mano: Cascabeles normales, cascabeles con palito, campanitas, pitos de samba, pitos de árbitro, armónicas, maracas normales, maracas de huevo, trompetillas de fiesta, cencerrítos… vamos, todos los que pudieron encontrar.

      Disfrazadas y con todos los instrumentos, se deslizaron por el puente de colores y entraron en el mundo de los humanos traspasando el cristal.  En la primera plaza que vieron se pusieron a hacer ruido con los instrumentos y a cantar el “Waka, Waka”…

      A medida que llegaban los hombres y los niños,  al verlas  tan contentas, cantando y bailando, se pusieron a hacer lo mismo imitándolas y así aprendieron que siempre que cantaran y rieran, volverías las hadas y  con sus alas soltarían polvos mágicos de colores, desaparecería el color gris del mundo y todos estarían contentos y serían felices para siempre.

      Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.


(Este cuento fue publicado en dos entradas fechadas en 17 de octubre de 2008, y 11 de octubre del mismo año. En casi los cinco años transcurridos desde entonces, un nuevo cachorrillo ha llegado a casa. Ahora lo rehago en una sola entrada y se lo dedico a ella, a Marta, que ya ha cumplido los tres años. En unos días tendré un "encuentro" con ella y sus dieciséis compañeros de "guarde", que, por unos minutos, van a ser hadas y hados. Harán sonar los cascabeles, los pitos, las campanitas y las maracas para hacer llegar la alegría al mundo de los hombres).







sábado, 2 de febrero de 2013

Tiendas de Málaga, "Cordelería Nuñez"




De camino a mi primer día de clase, me encontré con una de las antiguas tiendas que había en la zona de Puerta Nueva, justo al lado del puente de la Aurora, que atraviesa el cauce del río Guadalmedina. Allí llegaban,  los carros y luego los primeros autobuses procedentes de los pueblos. Se podía encontrar todo tipo de tiendas y almacenes con los artículos más dispares, desde alimentación, útiles y aperos de labranza, semillas , cereales, y   especias, hasta textiles.


Aquí venia el abuelo a traer los huevos que había recogido y aprovechaba el viaje para comprar semillas y plantones para la huerta,  el bacalao , las latas mantequilla salada , el  atún,  o las legumbres para la tienda de Villanueva.

No creo que quede ninguna más en Málaga, o yo no se de ninguna, que venda cordeles. Solo queda algo en la alpargatería Hinojosa, de calle San Juan, entrando en la tienda a la izquierda.

Sacos, arpilleras, cuerdas y cordeles, plásticos para distintos usos, toldos, redes impermeables, mantos para recoger aceitunas, mallas para sombreos, cañizos, esparto, bastones,  varas largas de madera de cerezo para recoger aceitunas, bastones........... se amontonan en las estanterías y en el propio suelo de la tienda que esta situada en la Avenida de la Rosaleda, número 12.

Quizás sea un romántico, pero me siento agusto , incluso con un "pelín" de emoción en una de estas tienda, que siguen aguantando a los nuevos modos de comercialización, a pesar de lo que esta cayendo.






(El teléfono de la tienda es el : 952218507 , el E-mail: cordeleriatoldosnuñez@hotmail.com)