sábado, 18 de febrero de 2012

Desayunos, "Sardinas Arencas" en El Cuervo, (Sevilla)


Me había llamado la atención la presencia de la barrica de madera con sardinas arenques encima de la barra del bar, y mucho más cuando entraron dos personas, un hombre y una mujer, a los que se acercó el camarero, tomó mentalmente nota de lo que querían y enseguida se apresuró a preparar la comanda.

Cargó la cafetera, colocó dos vasos de "caña" bajo los chorrillos y presionó la palanca de la máquina, rápidamente puso varias rebanadas de pan en la tostadora y cogiendo unas pinzas se acercó a la barrica, tomó dos sardinas que colocó en un pequeño plato de cristal  introduciéndolo en el microondas,  ajustó el temporizador y siguió atendiendo a los nuevos clientes que entraban al bar.

El desayuno era completo: café, tostadas con un buen chorro de aceite de oliva, y una sardina para cada uno.

Cuando el microondas "pito", el camarero sacó de su interior el plato con las sardinas humeantes. Con un par de minutos había sido suficiente para que se ablandaran y la piel se pudiera despegar con facilidad ,dejando libre la carne. Los dos clientes dieron buena cuenta de sus desayunos. Desmenuzaron los lomos de las sardinas y  acompañados del café y del pan tostado con aceite desayunaron con buen apetito y en animada charla.

Pase otros tres días en el pueblo de El Cuervo, en el sur de la provincia de Sevilla, lindando con la de Cadiz y a tan solo una decena de kilómetros de Jerez de la Frontera. Durante el resto de mi estancia pude disfrutar cada mañana de un apetitoso desayuno, haciendo caso del refrán : "Allí donde fueres haz lo que vieres" .

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