EL OTOÑO
El sol acorta caminos. Los días reducen horas.
Las hojas ahogan suspiros tiritando en noches frías.
El verde se hace pasado. El ocre presente negro,
el miedo regresa al árbol como cada otoño nuevo.
Huyen pájaros que emigran, un nubarrón de alas grises,
se van hacia campos tibios, dando color a mi cielo.
Las hojas aún quedan quietas. A veces, como entre sueños
se ven volando en desorden entre los brazos del viento.
El aire hiela la noche. Cuando la alborada llega
despojando la noche, las ramas están desiertas.
El rocío se hace hielo sobre la alfombra cobriza,
hojas que en marzo fueron primavera de alegría,
y ahora en breve huida, se llevan un año mas.
¿Quien pudiera darles vida, verdes caricias que se fueron ya?
(Este es el ultimo "trueque" que hice con Miryam, y de eso hace un año ya. Decidió "invernar" por un tiempo y no ha regresado, espero que al ver publicado su poema se anime y se asome a la luz.
Sus versos me han sugerido el Adagio de la Sinfonía nº 5 de Mahler, sus notas pudieran parecer tristes y melancólicas, pero escucharlas a mi me llenan de "sentires", me emocionan y me da paz. La fotografía esta tomada al inicio de uno de los caminos de entrada al Parque de Ordesa, en el Pirineo Aragonés, ya casi terminando el otoño.)
El sol acorta caminos. Los días reducen horas.
Las hojas ahogan suspiros tiritando en noches frías.
El verde se hace pasado. El ocre presente negro,
el miedo regresa al árbol como cada otoño nuevo.
Huyen pájaros que emigran, un nubarrón de alas grises,
se van hacia campos tibios, dando color a mi cielo.
Las hojas aún quedan quietas. A veces, como entre sueños
se ven volando en desorden entre los brazos del viento.
El aire hiela la noche. Cuando la alborada llega
despojando la noche, las ramas están desiertas.
El rocío se hace hielo sobre la alfombra cobriza,
hojas que en marzo fueron primavera de alegría,
y ahora en breve huida, se llevan un año mas.
¿Quien pudiera darles vida, verdes caricias que se fueron ya?
(Este es el ultimo "trueque" que hice con Miryam, y de eso hace un año ya. Decidió "invernar" por un tiempo y no ha regresado, espero que al ver publicado su poema se anime y se asome a la luz.
Sus versos me han sugerido el Adagio de la Sinfonía nº 5 de Mahler, sus notas pudieran parecer tristes y melancólicas, pero escucharlas a mi me llenan de "sentires", me emocionan y me da paz. La fotografía esta tomada al inicio de uno de los caminos de entrada al Parque de Ordesa, en el Pirineo Aragonés, ya casi terminando el otoño.)
1 comentario:
Miryam no pares, arrrrrannnnnnca con un ese libro de poesias.
Y poz voz a tu poesia que la escucharemos en el arroyo del rio, en las olas, bajo un árbol en el camino, noooooooo pares arrrrannnnnca!!!!!!!!!eseñamos a ver las cosas con los colores de tus palabras.
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