viernes, 22 de agosto de 2008

A las Aladas Almas de las Rosas


Quizás el poeta Miguel Hernández fue quien mejor ha descrito en un poema lo que se siente cuando alguien querido nos deja.

ELEGÍA

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas.

Daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mis desventura y sus conjuntos,
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levanto la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes,
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

De angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.



Serrat nos cantó con gran sentimiento y ternura el poema de Miguel Hernández.
La fotografía es de un detalle del oleo "Desnudos" (117 x 82) que pinté el año pasado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo sigo "requiriendo" su prensencia, porque tenemos que hablar aún de muchas cosas pero................
Como decirle a todas esas familias que, lamentablemente, han entrado en nuestro club, que no tengan prisa en quitarse el dolor, ya que no podrán hacerlo nunca, siempre vivirá con ellos como su propia piel, ya que el tiempo NUNCA cura, solo te acostumbra a SU AUSENCIA. Pero que hablen de ellos y con ellos, que sonrian con sus recuerdos, que brinden por sus "queridos ausentes", que asuman su marcha física, que logren despedirse pero sabiendo que siempre, siempre ocuparán su propio espacio y que nunca morirán mientras haya alguien que los recuerde con todo el amor. Por eso mi hijo Richard siempre estará con nosotros.
Gracias por entender y sumarte a su dolor.
Te quiero

Anónimo dijo...

Me gusta mucho el cuadro"desnudos",refleja perfectamente la frialdad de la ausencia.
Un beso enorme por saber llevar tan bien la ausencia.
Tu hermana.