domingo, 25 de enero de 2009

Las Cinco Bolas





Subiendo por Puerta del Mar se llega a la calle Nueva, una de las más tradicionales de Málaga, con comercios a un lado y a otro. Pocas o ninguna de las tiendas de antaño quedan en pie, ya todo es moderno y sin ninguna diferenciación de unas con otras, que ya han perdido su autenticidad y personalidad, pero quedan algunas que merecen la pena ser curioseadas.

Al final de la calle, a mano izquierda en el sentido de nuestro paseo, nos encontramos con una calle angosta, de poco más de dos metros y medio de anchura, fresca en verano y resguardada de los vientos y los fríos del inverno. A mitad de la calle hay una tienda donde solo venden lanas, ovillos y ovillos de lana de todas las calidades y colores en estanterías perfectamente ordenadas. Se llama así: "Las Cinco Bolas", tomando el nombre de la calle. En su interior un largo mostrador recorre de lado a lado la tienda en toda su longitud , siempre lleno de mujeres consultando sobre sus labores y buscando los colores y materiales adecuados.

La calle termina en la Plaza de San Juan , junto a la iglesia que tiene el mismo nombre y que fue una de las 4 parroquias que fundaron en Málaga los Reyes Católicos en 1505, después de la conquista de la ciudad, que en esa zona sigue en gran parte guardando su antiguo trazado árabe. En la fachada de la iglesia hay un curioso elemento ornamental, que a buen seguro da el nombre a la calle y esta a su vez a la tienda de lanas, y son 5 bolas de colores incrustadas entre los ladrillos de barro de la fachada que en la actualidad en esa zona están cubiertos por una capa de yeso . La Iglesia ha tenido varias restauraciones , incluso una reciente, pero ya se han encargado de "guarrearlo" todo con cables de uno y otro tipo y desde luego al restaurador se le olvido cual es el color de la bola central o no le daba el presupuesto para pintura amarilla, junto el resto de los colores en uno solo y salio lo que salio.

Del significado de esas bolas solo he podido saber que el cirio pascual tiene como adorno cinco bolas de colores: el azul del cielo y la pureza, el verde de la esperanza y de la vida; el rojo del amor y el sacrificio; el morado de la penitencia y en el centro una bola amarilla símbolo de la luz y la Majestad de Cristo. Esta bola amarilla, también símbolo del sol de la Resurrección y de la Pascua y las otras cuatro que forman la cruz, tienen un hermano gemelo en la cruz azteca de Quetzalcoalt, que representa el encuentro entre el cielo y la tierra que esta formado por cinco esferas idénticas a las de la fachada de la iglesia de San Juan. Esta misma cruz también puede encontrarse en China, India y Tibet. El sol azteca y el sol de Cristo rodeado de cuatro esperas es posible que sea un mismo símbolo que podemos encontrar en civilizaciones mucho más antiguas. En realidad este símbolo aquí es todo un misterio del que no hay una interpretación clara y me inclino por esta que me parece más creíble.

El paseo me lleva a la plaza de San Juan, donde hay varias tiendas curiosas y que también llaman mi atención.

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