jueves, 23 de octubre de 2008

Membrillos

Los membrillos este año se han dado fenomenal, el clima ayudó. El agua de las lluvias, de hace unas semanas, les hicieron engordar y después los días de sol que hemos tenido han sido suficientes para que lleguen a madurar sin cambios bruscos de temperatura.

Y que conste que estos nos los he robado, son de mi huerto. El año pasado no hicimos carne de membrillo, pero este creo que tenemos suficientes para que salga una buena cantidad de ese rico dulce.

Una recetilla, por si a alguien se le ocurre pasar un buen rato en la cocina y guardar para todo el invierno.

Se lavan bien los membrillos y se ponen a cocer cubiertos de agua. En el agua hay quien le pone unas ramitas de canela para que le den un toque especial. Se ponen al fuego el tiempo suficiente para que estén bien cocidos y blanditos, pero sin que se deshagan ni se revienten, de forma que se pueda quitar bien la piel una vez cocidos. Ya enfriados se pelan y se trocean, teniendo en cuenta no descarnar demasiado, sin llegar al corazón y la parte que la rodea, ya que esta parte tiene muchos "granos" y luego no quedaría bien si se cuela alguno. Además esa zona tiene un sabor muy aspero y daría demasiada "fuerza" al resultado.

Una vez bien troceados, se pesan para luego calcular la cantidad de azucar, se pasa la mezcla por un pasapures o bien simplemente con la batidora, se trabaja para que quede una pasta homogénea.

Y ahora, a la pasta se le añade azúcar. La medida es un kilo de azucar por cada kilo de membrillo, pero, para mi gusto, con 3/4 de azucar es suficiente, hay que trabajarla un poco mas para que quede en su punto de dureza pero merece la pena, porque no queda tan empalagoso. Un buen truco es añadirle un poco de zumo de limón y así tendrá mejor sabor. Mezclar muy bien el azucar y el membrillo.

Al perolo con la mezcla y al fuego con el perolo, con fuego lento y turnándose toda la familia dando vueltas y vueltas con un paleta bien larga, dejando que se evapore el resto de agua que les quede. No hay que dejar de remover porque sino se pegará al fondo del perolo y por otra parte hay se evita que salte liquido en el borboteo. Si llega a las manos, la quemadura es segura, así que aquí mucha precaución y no dejar de remover.

La cocción termina cuando la paleta con que removemos deja surco en la mezcla y vemos que la consistencia es buena, eso no es dificil de notar. Ahora ya solo hay que echar la mezcla sobre los recipientes, que ya antes hemos preparado, dejándolo enfriar. Una vez frio se tapan los recipientes para guardarlos en el frigorífico o bien congelar algunos si hicimos mucho.

Seguro que sera una fiesta para la familia, si además se acompaña con una buena chimenea, un par de kilos de castañas para asarlas en las ascuas y una botella de anís o lo que le guste a cada uno.

Lo siguiente es poder disfrutar del dulce, que ademas nos durara varios meses.

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