

Aquí , en el cambio cromático de la naturaleza a medida que pasan los días y las estaciones, como en todos las demás cosas de la vida, no te puedes despistar ni un minuto, y si te despistas lo pagas, si te relajas ensimismado entre tus pasos por el camino, cuando acuerdas ya te han cambiado el paisaje y no has podido disfrutar el que había unos metros más atrás.
Así es la vida, siempre preparándonos para hacer un examen, y cuando nos lo tenemos aprendido, y bien aprendido, preparados para vivir ese momento, y pasar con nota a la siguiente etapa, vienen y nos ponen otras preguntas distintas en el programa, y además , de las que no tenemos ni idea, y si quieres seguir adelante no hay otro recurso, aprender la siguiente lección, y desde el principio.
Unos días sin pararme y el paisaje ha cambiado totalmente, ya han recogido la cosecha, ya la ordenaron, en surcos o en montones, ya hicieron las alpacas , y ya las han cargado y retirado de la tierra para que no se moje con las lluvias que a veces caen en estos días , de improviso.
Siempre que me pierdo algo, hago el propósito de tratar que no ocurra otra vez, pero seguro que no sera suficiente y detrás del siguiente recodo es posible que también se quede algo que no he sabido apreciar, o que ni siquiera he visto. Siempre hay algo que se nos escapa.
(Las dos fotografías son de las riveras del rió Parroso, con distinto ángulo).
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