jueves, 12 de marzo de 2009

Flores en la Cuneta , Pradera Amarilla en la Cuesta del Romeral



Hace unos días que María Antonia me mandó un correo, en el me contaba que había hecho un corto viaje y que se había acordado de mis "flores en la cuneta". Estaba deseando de llegar a su destino para pasar unas horas de descanso disfrutando del sol, pero se extasió con la visión de los colores, que a un lado y a otro. la carretera le ofrecía, y que quizás no apreció haber visto antes, si habían pasado por esos lugares, pero no había prestado atención, con el ensimismamiento de pensar en la llegada, por lo que no había visto las flores que había junto a la cuneta . Ahora aparecían ante sus ojos algunas praderas de flores y también algunas otras sueltas por doquier, con toda la fuerza de la primavera que ya empieza a decirnos que esta aquí, que ya falta poco, que en muy pocos días estará totalmente presente entre nosotros.

Si el destino es importante, el camino no lo es menos, el uno sin el otro no servirían, pero a veces nos perdemos las "flores en la cuneta" pensando solo en la llegada. Y la entrada a la estación término quizás no nos proporciona un entero conocimiento de su propio sentido sin antes haber disfrutado de las "flores del camino".

Mariantonia, mira, te cuento un secreto, acercate......más...... un poco más, que se quede entre los dos, así, así esta bien, te cuento: mis primeras "flores en la cuneta" tienen unos años, ya más
de 7. Una vez, en una de esas noches oscuras que todos pasamos de vez en cuando, simplemente por estar aquí, viviendo, acerté a apreciar un par de manchas de color, una amarilla y otra en tonos lilas, una a cada lado, en la vieja carretera de salida de Antequera en dirección a Málaga, subiendo la cuesta del Romeral. A diario paso por ese lugar al menos dos veces, cuando no alguna más, y nunca había prestado atención a esa parte de la carretera, pero ese día, no sé como, mi mirada se distrajo de la rutina de la conducción y acertó a posarse sobre el color que me ofrecían a un lado y a otro de la carretera unas pequeñas praderas de flores . Me paré cuando pude, no había tráfico, aparqué y me acerqué andando a la curva donde había vistos las manchas de color. ¿Como podía ser que no hubiera visto antes esas flores?, no entendía como antes no me habían llamado la atención. Hice unas fotos y me marché pensando en las causas de haber llevado durante tiempo las "orejeras" puestas y como me estaban impidiendo disfrutar de la "flores en la cuneta". A partir de ese día, en la noche oscura empezó a haber algunos rayos de luz y fue el inicio del amanecer para continuar con fuerza el camino hasta que llegue la estación final y disfrutando de los colores y olores de las "flores en la cuneta".


(Las dos fotografías son las del relato y las primeras de "flores en la cuneta")

2 comentarios:

Tejedor dijo...

Y si yo supiera rumano te aseguro que te habria entendido, pero lo siento. De cualquier forma y a pesar de no saber lo que dices, te agradezco que me leas y tu comentario.

Anónimo dijo...

Vale...vale...ya estoy en ello, ya me quito las "orejeras"Procuraré no perderme "las flores en la cuneta"Besos. MªAntonia.