


A finales de Febrero, con el día de color gris y nublado, algunas gotas de lluvia caen de vez en cuando y nos mojan la cara. El horizonte no se aprecia sino fuera por el barco que lo marca, y que espera su turno para entrar al puerto, fondeado en la rada de Málaga.
Una silueta de mujer paseando lentamente, entre las antiguas columnas de los Baños del Carmen, acercándose a las olas, marca el cálido horizonte humano y el plano de una intensa vida interior .
A Isabel le gusta mirar el mar, y perder la vista y el alma en los colores de su horizonte, para encontrarse.
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